«Los secretos de Oxford» supuso un notable intento de ir más allá de las convenciones de la novela detectivesca. Es psicológica y social en primer término; policial y misteriosa, en segundo.
«La casa torcida» es la menos convencional de las obras maestras salidas de la pluma de Agatha Christie. Su autora siempre la prefirió frente a las otras. Se trata de una novela triste, de atmósfera opresiva y trágica. Pocas veces la reina del misterio había ahondado tanto en las relaciones humanas. Nunca el resultado fue tan desolador.
Con «Advertencia al lector», Dickson Carr dio un giro inesperado al crimen imposible. El gran autor americano era capaz como nadie de retorcer el misterio criminal hasta rozar la exasperación y, acto seguido, hallar la más ingeniosa y natural de las explicaciones. Un grupo encerrado, un mentalista que avisa de que va a cometer asesinatos sin que nadie pueda provocar que los ha cometido realmente… Una de las grandes piezas del maestro del crimen imposible.
Asesinato en la mansión Darwin
Un asesino diabólico, identidades volátiles, Habitaciones secretas y un perfume misterioso en la senda del mejor Leroux… «Asesinato en la mansión Darwin» supone toda una exhibición de ingenio policial y destreza narrativa. La experiencia literaria por la que transitamos entre sus páginas es, sencillamente, maravillosa.
«El que susurra» consigue desconcertar al lector como pocos enigmas. Uno se adentra en los entresijos de la trama y los hechos se suceden sin que consigamos entender nada: la voluptuosidad, la seducción y el carácter hipnótico de los gestos y palabras; las marcas en el cuello, las visitas nocturnas y la intromisión en los sueños; lo inexplicable, la sugestión, la alusión a lo sobrenatural y a la existencia de una vida de ultratumba… Todo se enmaraña hasta resultar incomprensible. Pero hay que perseverar y seguir leyendo hasta el final para conseguir comprender, para, al fin, en una gozosa epifanía, alcanzar una perspectiva desde la que contemplar el misterio en su totalidad. Y entonces, y solo entonces, dicho misterio irremediablemente se desvanece.
Patrick Quentin supieron darle siempre a sus novelas el aire de una pesadilla. «Enigma para locos» alberga, además, una apasionante reflexión sobre los límites de la cordura. Se trata de un policial magnífico.
El último caso de Philip Trent
«El último caso de Philip Trent» es una obra maestra indiscutible. Se trata de la novela germinal de toda la tradición de la Golden Age. El final de la trama no solo no decepciona, sino que introduce todavía más elementos de reflexión y deleite. Nada más terminar de leerla uno tiene la sensación de que acaba de disfrutar de un clásico, de que se halla ante una de esas obras que no envejecen con el tiempo porque son, de algún modo, intemporales.
Dorothy L. Sayers traspasó con esta obra las fronteras de la novela policíaca. Veneno mortal es algo más que un rompecabezas criminal. Es un fresco social y una ácida crítica. También supone una inmersión en la complejidad moral e intelectual de unos personajes tan desorientados como atrevidos. Se trata también, por supuesto, de una novela divertidísima.
En 1937 John Dickson Carr pergeñó una de las tramas más sorprendentes y evocadoras de la historia del policial clásico: El tribunal de fuego. En ella mezcla magistralmente la novela gótica y la trama detectivesca.
Página anterior Siguiente página